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LA MÚSICA ORQUESTAL
 
Durante el clasicismo se configura la orquesta moderna, llamada "sinfónica". Se trata de una agrupación de unos 40-60 músicos. Desaparece el bajo continuo del Barroco. La cuerda frotada sigue siendo el cuerpo principal, al que se unen los instrumentos de viento madera (flautas, clarinetes, oboes, fagotes...), buscando un sonido limpio y unificado, con predomino de la textura homofónica. Los instrumentos de viento metal (trompeta, trombones, trompas) aportan fuerza y colorido, y la percusión queda reducida a los timbales. Aquí aparece la disposición más común de la orquesta sobre el escenario:
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
FORMAS ORQUESTALES:
 
La forma más característica de la música orquestal clásica es la Sinfonía, una obra para orquesta, sin instrumentos solistas, que privilegia la textura homofónica y la claridad formal. Se compone de cuatro movimientos (partes independientes pero relacionadas). Haydn compuso más de 100, Mozart 41, y Beethoven 9.
 
Otra forma es el concierto, que suele ser para un solista (piano, violín, clarinete) que, en lugar de buscar el contraste como en el Barroco, complementa y aporta brillo a la orquesta. Se estructura en tres movimientos.
 
 
Haydn, Sinfonía 94, "Sorpresa", segundo movimiento: Andante
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Haydn tenía un gran sentido del humor. Habituado a que los espectadores descansaran más de la cuenta durante las veladas musicales vespertinas, compuso este segundo movimento con un inicio deliberadamente tranquilo, para ofrecer una inesperada sorpresa apenas se vuelve a presentar el tema principal.
 
 
Mozart, Sinfonía 40, primer movimiento: Molto Allegro
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Ejemplo de la sonoridad limpia y unificada de la orquesta clásica, así como de la textura homofónica.
La estructura de la pieza sigue la forma sonata. 
 
 
 
Beethoven, 9º sinfonía, cuarto movimiento.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Beethoven sorprendió, al final de su vida, con esta su última sinfonía, que incluye algo, en principio ajeno a la forma sinfónica: la voz humana. Primero a través de solistas y luego del coro, incluye uno de los fragmentos más famosos de la Historia de la Música: la Oda a la Alegría. En principio era una Oda a la Libertad, pero las invasiones napoleónicas del territorio austríaco no aconsejaban atreverse a tanto... Su textura es homofónica.
 
A modo de curiosidad: un video en el que 10000 (sí, has leído bien: diez mil) japoneses cantan el famoso himno. Cuando se ponen, no es fácil superarles: 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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